Ascenso y caída del museo de las maravillas

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, los insectos recordarían el día que la maravilla cayó del cielo.

Como casi siempre sucede en esos casos, los insectos se formaron para ver la maravilla y tratar de descifrar si era un caramelo, un planeta o una crisálida mágica. Pero había alguien escondido en las sombras, observando, esperando. Un día, salió de su escondite y reclamó que la maravilla era suya. ¿Quién había sido la guapa que dijo eso? La araña, con su moño y su bombín.

Y más guapa se puso la araña cuando anunció que montaría una exposición para ver la maravilla que cayó del cielo, y los boletos costarían una hoja cada uno. La exposición fue un éxito y, naturalmente, los boletos subieron de precio. Y mientras más subían los precios, el público más se quejaba. La araña no hacía caso de esto y se dedicaba a esperar que más insectos conocieran la maravilla… hasta que llegó alguien más listo que ella. El pez grande se come al chico, ¿no? Es la ley de los negocios.

«Cayó del cielo», Terry Fan y Eric Fan (texto e ilustraciones)

Terry Fan y Eric Fan (the Fan brothers) firman el libro álbum Cayó del cielo, editado por Leetra, editorial nueva para mí que me tiene fascinada. Me encanta la idea de algo extraño y fantástico que, de pronto, irrumpe en un espacio cotidiano y lo transforma por completo. La extrañeza de los insectos al descubrir la maravilla se refleja en la paleta de color del libro, en blanco y negro excepto por ese pequeño objeto mágico, dibujado con colores brillantes que, viéndolo bien, sí la hacen parecer un planeta o un asteroide.

Cayó del cielo puede leerse como una fábula y como un cuento fantástico. La protagonista de la fábula es la araña y su defecto, la avaricia (un defecto personificado en sus ocho largas patas). Ella se apodera de la maravilla para hacerse inmensamente rica, aunque en realidad ese objeto mágico no le pertenezca a nadie o, más bien, sea del niño que la tiró un día en el jardín.

Me alegra que este libro álbum no caiga en el moralismo de regañar a la araña por estafar y mentirles a los demás insectos. Es cierto que hizo algo incorrecto, pero al final aprende su lección de manera natural, creíble, convincente y lógica para la historia. Así, la araña logra ofrecerle algo nuevo a su comunidad, un final feliz que se traduce en la paleta de color, pues el mundo se ilumina cuando llegan más maravillas a la exposición de la araña.

Los hermanos Fan cuentan que la idea de este libro surgió a partir de una ilustración victoriana en la que se ve a unos insectos, con lupas y bombines, observar un objeto totalmente ajeno a su mundo. Esta extrañeza de la que hablaba al principio es la que convierte a Cayó del cielo en un cuento fantástico casi puro. Pienso en Cinco chicos y eso de Edith Nesbit, cuando los hermanos Robert, Anthea, Jane, Cyril y “Corderito” (el bebé) encuentran un hada de arena, de nombre Psammead, en un pozo de grava. El hada, cuyo aspecto físico es más parecido al de una bestia mitológica, cumple los deseos de los hermanos, pero esto, claro, los meterá en más de un problema.

Lo que busco resaltar aquí es el objeto, en el caso de Cayó del cielo, y el personaje, en Cinco chicos y eso, que nos descoloca. En ambos casos, el descubrimiento de lo fantástico es inesperado y cambia la vida de los protagonistas para siempre; esa es la entrada de lo fantástico. En Cayó del cielo el contraste entre el fondo en blanco y negro y las maravillas a color es esencial para comprender el asombro.

«Cayó del cielo», Terry Fan y Eric Fan (texto e ilustraciones)

Los hermanos Fan tienen ya bastante éxito en el negocio del érase una vez. Su primer álbum ilustrado, The Night Gardener, recibió el Dilys Evan Founders Award en 2016. De hecho, trata un tema similar al de Cayó del cielo: William, un chico que vive en un orfanato, despierta una mañana y descubre que un misterioso jardinero nocturno ha podado un árbol para darle la forma de un búho. La paleta de color es similar a la de Cayó del cielo, pues muestra un mundo sepia hasta la llegada del jardinero, que pinta todo de colores.

Cayó del cielo está en México gracias a la editorial Leetra que, según sus propias palabras, busca que sus libros sean una experiencia. Este es el primer libro que leo editado por ellos y, en efecto, ha sido una experiencia. Creo que, aunque no vivamos en un reino encantado con hadas, brujas y gnomos, siempre podemos inventarnos nuevas cosas para sorprendernos a nosotros mismos y llenarnos de fantasía.

Para preguntar en la librería:

Cayó del cielo

Terry Fan & Eric Fan (texto e ilustraciones)

México, Leetra, 2022

1 Comment

  1. Una gran experiencia leer ésta entrada y conocer de nuevas editoriales que generan contenidos muy interesantes. ¡Excelente entrada!

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